lunes, 29 de diciembre de 2008

Entre bien y mal


Muchos de vosotros, fieles seguidores, os habréis visto inmersos en alguna ocasión en un diálogo como el que acontece a continuación:

Fiel Seguidor: El otro día fui a ver Las Ruinas... pfff, vaya tela...
FBA/DMR: Pero ¿qué dices? ¿No te gustó? Yo me harté de reir, ¡un partidazo!

o, por el contrario, con este otro:

FBA/DMR: El otro día vimos Outlander, ¡menuda bazofia!
Fiel Seguidor: Del carajo para vosotros entonces, ¿no?
FBA/DMR: No, vamos a ver, hay partidos y partidos...


Y es que desde la redacción de El Partido de los Martes queremos hacer una clara distinción entre lo que es un auténtico partidazo, que te levanta de tu butaca para aplaudir en mitad de una secuencia o que te arranca lágrimas de risa por lo absurdo, de varios de los bodrios que, por desgracia, nos hemos tenido que tragar a lo largo de esta temporada que se acerca a su fin.


-
Tropic Thunder, Venganza, incluso Zohan, son exponentes de auténticas perlas que, por lo inesperado, son más que un Partido de los Martes. Secundarios de lujo como Tom Cruise, ritmo fílmico semejante a las películas de Steven Seagal (hostia tras hostia) y humor del bueno, y no del cacaculopedopis, son algunas de las premisas de estas 'joyas de la corona'.

- Parking 2, Rogue: el territorio de la bestia, La Niebla... son Partidos de los Martes por definición. Huelen a partido. Por su guión, por su elenco de actores, son películas que nos garantizan que vamos a tener lo que andamos buscando: casquería, pechazos, situaciones absurdas, bichos surgidos de la mente enferma de algún escritor fumado...

- Desgrac¡adamente, Max Payne, 10.000, Reflejos o Prom Night han sido algunas de las decepciones de las más de treinta películas que hemos visto en todo el 2008. Películas que, no sólo es que no cumpliesen las expectativas, si no que apenas ofrecían algún detalle mínimamente salvable, esto es: una muerte salvaje, un pibón que alegre la vista o una historia sin sentido que se torne cómica cuando quiere ser de lo más dramática y/o terrorífica.

Esperamos haber despejado vuestras dudas. Y si no, ya sabéis... feliz 2009

sábado, 20 de diciembre de 2008

Dragones y vikingos, un mundo infernal

Una fecha marcada con rojo en nuestro calendario, el estreno de Outlander. Vikingos contra alienígenas, toma ya. Prometía estar a la altura de otros grandes partidazos y, sin embargo, decepcionó tanto que FBA sucumbió al sueño de Morfeo en el momento álgido de los desconcertantes 115 minutos de metraje...

Desconcertantes porque el extraterrestre Jim Caviezel (¡
Jesucristo!) llega a la tierra en la Edad del Hierro para acabar con un bicho que él mismo ha traido en su nave, rompiendo la relativa paz de una pequeña aldea de pacíficos vikingos, entre los que convive un monje cristiano (?????), y que está enfrentada a otra tribu arrasada por el mencionado bicho y liderada por el sinpar Ron Perlman.

Como da la casualidad de que Kainan (Jim Caviezel) es un extraterrestre con forma humana, cuyas únicas diferencias con los habitantes de la tierra son la perenne cara de pena y que su civilización no conoce las mangas, hay momento para el romance cuando conoce a
Sophia Myles, una vikinga sin barba ni cuernos (visibles).

EL MOMENTAZO: Entendemos que la película, así de entrada, no es que se deba juzgar por su realismo y fidelidad con la Historia. Pero convertir a una aldea de vikingos, esos guerreros sanguinarios que arrasaban todo lo que se ponía por delante, en un grupito de mariquitas ya es pasarse. Eso es precisamente lo que da a entender la película en una de sus escenas más vergonzantes cuando, en plena fiesta, los habitantes de la aldea se sacan de la manga un juego en el que corretean encima de unos escudos, como las zamburguesas de humor amarillo pero a lo rústico. Kainan, que se las pega de guay, le gana al chulito aspirante al trono del rey y éste, en vez de cortarle las piernas y decirle "venga, corre ahora por los escuditos" como buen vikingo, se hace su amiguito del alma. Marica...

Parodia como puedas

No contentos con el esperpento de hace un par de semanas de Disaster Movie, nos entregamos de nuevo al cutrismo norteamericano imperante para asistir a Superhero movie, film a la altura del título de esta crítica... (por los suelos).

Sin llegar a producir la sensación de vergüenza ajena de Disaster Movie, esta peli supone una nueva prueba más de que, salvo excepciones, el género de humor americano no va más allá del chiste fácil y la parodia evidente. Eso lo lleva intentando aquí Cruz y Raya toda la vida y definitivamente no tiene ni puñetera gracia, así que a ver si tomamos nota...

Parodiando secuencia a secuencia la primera película de la saga de Spiderman, Superhero Movie apenas ofrece momentos de verdadero humor salvando las hostias gratuitas que se da el protagonista o los habituales chistes sexuales típicos de este típico de películas. En esta ocasión, es una libélula tratada genéticamente la que dará al protagonista perdedor su superpoder (sí, lo sabemos, pero nosotros no hemos 'escrito' el guión...). De entre toda la mediocridad surgen nuestro ídolo
Leslie Nielsen, al que siempre admiraremos aunque participe en bodrios como este; Pamela y las gemelas; y un doble de Tom Cruise, quien se está ganando a pulso una mención de honor en nuestro espacio, desde su genial actuación en Tropic Thunder...

EL MOMENTAZO: A parte de las tradicionales e infalibles bromas de caca-culo-pedo-pis y las intervenciones de Leslie Nilsen, hay algún que otro momento digno de mención. Muy bueno, por ejemplo, cuando el protagonista se prueba su traje de Libelula-man y descubre demasiado tarde que se le ha olvidado ponerle ojos y al menos un agujerito para respirar a la máscara. No es que sea digno de los Monty Phyton, pero reir, te ríes...