miércoles, 28 de mayo de 2008

Prom Night, una noche pa'echarla

Probablemente haya sido esta la mayor decepción de la temporada. Prom Night (Una noche para morir) prometía pibones y casquería envueltos en un argumento escuetísimo: un profesor obsesionado con una alumna a la que se quería pinchar en el pasado (acabó con toda la familia de la chavala en el intento) se fuga de la cárcel el día de la fiesta de graduación de la susodicha y sus colegas. Lo que prometía ser una carnicería en un hotel de lujo con grandes escotes salpicados con sangre no es otra cosa que una película cortita cortita, sin la violencia extrema que esperábamos...

Especialmente indignante resulta el papel del asesino, que sólo parece conocer dos maneras de matar a la muchachada que se va cruzando por el hotelazo, de mini rajita en el cuello o con tres pinchacitos en el estómago, sin sangre ni ná. ¡Qué falta de originalidad, por dió! Más le valdría un cursillo impartido por el enmascarado asesino (alias el primo patético de Jason Voorhees) de
Campamento infernal, porque si no eres capaz de idear una forma absurda de matar a un adolescente y que sea capaz de producir litros y litros de sangre y casquería, ¿qué puta mierda de asesino eres?

EL MOMENTAZO: La atormentada Donna (Brittany Snow) tiene pesadillas con su asesino, y bien avanzada la peli tiene una tan, tan, tan real, que cuando se despierta, no se le ocurre otra cosa que hacer que seguir, paso a paso, todo lo que ocurre en el sueño. '¡Venga, a ver si me mata de verdad!'. Este momentazo nos ha recordado que, ya en
Llamada Perdida los protagonistas se empeñaban en hacer y decir exactamente lo que precedía a su fatal muerte y que ya conocían gracias, precisamente a una llamada perdida.

PD:
Tal es el nivel de la peliculita, que a punto estuvimos de señalar como momentazo el trailer de Hulk que pusieron antes y que nos emocionó mucho más que 90 minutos de adolescentes puteados, pero por respeto a nuestros lectores (¿¿??) nos decidimos por el momentazo descrito arriba.

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