Por sorpresa y como los que no quieren la cosa, nos encontramos con Venganza con un auténtico partidazo digno de Liga de Campeones. Vuelve el género del atormentado y solitario héroe que reparte hostias como panes sin inmutarse, encarnado por un genial Liam Neeson (alias Qui-gon Jin, alias Oskar Schindler, alias Rob Roy, alias Darkman), que en este film da vida a un ex agente del gobierno americano que ha visto su vida familiar truncada por su vida laboral, una lástima.
En estas que su hija (Maggie Grace, haciendo de adolescente -con casi 30 años- en un papel que recuerda a las 'grandes interpretaciones' de Al salir de clase), una golfilla rubia que se va a Europa con una amiga más golfilla que ella, es secuestrada por una banda del Este europeo para hacer de ella una chica de alto standing (por decirlo finamente). A Neeson no le queda otra que viajar a París para rescatar a su hija mediante los únicos métodos que conoce... liándola.
En su periplo en tierras gabachas, Liam le coge el gustillo a eso de aplastar cabezas albano-kosovares y da una clase magistral de reparto de atragantás a domicilio mientras busca a su pánfila hija, que (atención SPOILERRR) consigue pasar los 93 minutos de metraje sin que le toquen una triste tetilla a pesar de haber sido secuestrada para meterla a puta...
EL MOMENTAZO: En plena búsqueda parisina, el bueno de Liam se topa con un gachó que al parecer puede tener información sobre el paradero de su hija y para persuadirlo a hablar le clava a lo bestia dos tornillacos en las piernas y lo conecta a la corriente eléctrica. Una vez obtenida la información, el Neeson se larga y lo deja allí, engrosando la factura de Endesa... Para que luego vaya vacilando de torturador el Sayid de Perdidos, ¡con dos cojones Liam!
En estas que su hija (Maggie Grace, haciendo de adolescente -con casi 30 años- en un papel que recuerda a las 'grandes interpretaciones' de Al salir de clase), una golfilla rubia que se va a Europa con una amiga más golfilla que ella, es secuestrada por una banda del Este europeo para hacer de ella una chica de alto standing (por decirlo finamente). A Neeson no le queda otra que viajar a París para rescatar a su hija mediante los únicos métodos que conoce... liándola.
En su periplo en tierras gabachas, Liam le coge el gustillo a eso de aplastar cabezas albano-kosovares y da una clase magistral de reparto de atragantás a domicilio mientras busca a su pánfila hija, que (atención SPOILERRR) consigue pasar los 93 minutos de metraje sin que le toquen una triste tetilla a pesar de haber sido secuestrada para meterla a puta...
EL MOMENTAZO: En plena búsqueda parisina, el bueno de Liam se topa con un gachó que al parecer puede tener información sobre el paradero de su hija y para persuadirlo a hablar le clava a lo bestia dos tornillacos en las piernas y lo conecta a la corriente eléctrica. Una vez obtenida la información, el Neeson se larga y lo deja allí, engrosando la factura de Endesa... Para que luego vaya vacilando de torturador el Sayid de Perdidos, ¡con dos cojones Liam!
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