Como George Lucas con su épica saga galáctica, empezamos por la última de las tres películas que ya hemos sufrido: Rise, cazadora de sangreEsta infumable producción de casi dos horas de duración da lo que uno se espera: sangre por un tubo y porque sí, y planos de Lucy Liu marcando lo poquito pero bien puesto que tiene y poco más. La inimitable Oren i-Shii de la grandiosa Kill Bill interpreta a una periodista de Los Angeles que se mete en una movida vampiresca por culpa de un reportaje protagonizado por la hija del pseudo-co-protagonista, Michael Chiklis, que los unirá en su cruzada por matar al vampiro más malo de todos, er Bisho(p), James D'Arcy. Destacable labor también del, creemos, japonés Mako, en el papel de Poe, que con tres o cuatro frases en toda la película se convierte en serio aspirante a unos premios imaginarios que ya nos iremos inventando a lo largo de la temporada.
EL MOMENTAZO: sin duda alguna, la secuencia en la que Michael Chiklis despierta, sudoroso en camiseta por la mañana, de una terrible pesadilla sobre su hija muerta. Una llamada telefónica de un compañero policia le informa de una nueva muerte, llamada durante la cual a Chiklis le da tiempo a ducharse, vestirse con camisa azul y tirantes, desayunar y hacer de vientre, tal y como aparece en el siguiente plano, nocturno, cuando aún no ha concluido la mencionada conversación.
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