El emule es, seguramente, el mejor invento de la humanidad desde los puentes (los arquitectónicos no, los otros). Gracias a esta maravilla de la tecnología se pueden adquirir sin coste alguno grandes éxitos del séptimo arte y otras obras incomprendidas pero aún así de valor incalculable.
Es el caso de Megasnake, una película en la que, evidentemente, la protagonista es una serpiente gigante, como su nombre indica. La bicha, que en principio es pequeñita pero con muy mala leche, va creciendo según se alimenta de los pobres aldeanos de una zona rural de la américa más profunda y paleta (sólo falta Cletus, el de los Simpsons) hasta convertirse en un bichardo de mucho cuidado que decapita todo lo que se cruza en su camino y al que intentarán detener el protagonista (Michael Shanks) y su ex novia (Siri Baruc), a la que persigue patéticamente durante todo el metraje. El reparto lo completan el inepto hermano del protagonista, la madre de ambos (a la que la serpiente se come primero y NINGUNO echa en falta durante toda la película), la amiga del prota y el compañero policía de la piba, que desde el primer momento en el que sale sabes que va a tener una muerte dolorosa que sin duda merece.
PARA EL RECUERDO: La peli deja para la posteridad grandes momentos, especialmente cuando la bicha, a la que seguramente habrán hecho con un Commodore Amiga, empieza a campar a sus anchas por el pueblo y ataca a una pobre familia que ha ido a pasar el día al campo. Como puede verse en este enlace, los intentos de papá, sombrilla en mano, para evitar que su señora y sus vástagos (que observan la escena desde el coche a unos pocos metros, para qué huir) caigan en las fauces del animalito son en vano y ni su grito de guerra de "¡¡Esto va por la bandera de los Estados Unidos!!" le sirve para sobrevivir. Ohhh.
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