jueves, 30 de octubre de 2008

Literalmente, máximo dolor

Max Payne. Esto es lo que siente uno cuando sale del cine, después de haber pagado casi cinco euracos por ver este atropello. Una peli basada en un videojuego que promete acción, tiros y vísceras desde un principio es, en realidad, un tostonazo en forma de drama psicológico en la que no se pega un tiro por lo menos hasta el minuto 57 de partido y en el que un tipo duro como Mark Wahlberg llega incluso a despreciar una proposición indecente de Olga Kurylenko, de largo, lo mejor de la película.

Max Payne es un atormentado policía que, relegado a casos menores en su comisaría continúa investigando el asesinato de su mujer y su hijo, casualmente relacionado con una serie de extraños sucesos que comienzan a ocurrir, casualmente relacionados también con el entorno laboral de su difunta esposa y que concluyen con un final más previsible que una rueda de prensa de Bernd Schuster.

El reparto de la película lo completan, además de los mencionados Wahlberg y Kurylenko, una tal Mila Kunis (con el síndrome de "me crecen los pechos cuando me asusto" ya visto en Parking 2), Amaury Nolasco (Sucre de Prison Break, haciendo de malo hiperdopado), Chris O'Donnell (qué bajo has caído, Robin) y el rapero Ludacris, en el espectacular papel del Inspector Bravura (sí, Bravura, gran cachondeo cada vez que alguien le llamaba). Especial tristeza supone el caso del que fuera Robin (que se ha puesto como un zollo además) en esas violaciones fílmicas llamadas Batman Forever y Batman y Robin, cuyo papel en la película básicamente se reduce a recibir ostias de un cabreado Wahlberg y acabar tiroteado vilmente. Las cosas que pasan por no hacer caso al bueno de Alfred...

EL MOMENTAZO: El Wahlberg, en plan tipo duro al que todo le da asco, se lleva a su casa a la Kurylenko dispuesto a darle un poco de cariño. La piba, que nada más cruzar la puerta ya está medio en pelotas, no tarda ni 20 segundos en colocarse artísticamente en la cama cubierta sutilmente por una sabanita y espera ya con las piern...los brazos abiertos al Max Payne...cuando a éste se le va la pinza y la echa de su casa así por las buenas. Al parecer el muchacho prefiere ser líder en solitario...

Tschhhhh

El cine español vuelve al Partido de los Martes con Santos, una película del chileno Nicolás Pérez quien, seguramente, ha conseguido unir dos de sus pasiones en esta producción: los comics y Elsa Pataky.

La rocambolesca historia de dos amigos de la infancia, Salvador Santos y Arturo Antares (
Javier Gutiérrez y Leonardo Sbaraglia respectivamente) que ven cómo el comic que ellos mismos han creado comienza a hacerse realidad siendo ellos el héroe y el villano protagonistas del mismo y la incomparable Elsa (la operación hecha perfección), la chica que se debate entre ellos. Guillermo Toledo, caracterizado magistralmente como el personajazo Antropomosco está, sencillamente, genial en cada una de sus intervenciones en una película que, sin ser una castaña importante, sólo aporta ansiedad ante un nuevo plano de la Pataky.

Parece mentira que un servidor (DMR) diga esto, pero esta es una película demasiado friki. Nada más hay que ver el innecesario y hortera look del Sbaraglia (una especie de
Raiden de Mortal Kombat a lo cutre... más cutre quiero decir) para darse cuenta que es una peli de nerds para nerds, sin más intención que provocar cosquilleos interperniles a los frikis con cada plano de las mamellas de la Pataky, algo que al menos sin duda consigue.

EL MOMENTAZO: El Antropomosco es sin duda el gran protagonista en los mejores momentos de la peli. Genial, sobre todo, es la conversación que tiene con el Niño Bola en la que le aclara que de naves espaciales nada, que eso son imaginaciones suyas, y añade "como lo de las alitas, que me has dibujado ahí con unas alitas y es que eso me tiene...la cabeza de mosca vale, pero las alitas?...maricón". Tschhhhhhh.

jueves, 9 de octubre de 2008

Momentazos Musicales

Renace con fuerza la sección, y nunca mejor dicho. Rocky Balboa, el mejor púgil de la historia del cine, prepara su combate ante el campeón del mundo de los pesos pesados, el cansinísimo Apollo Creed, recorríendose las calles de su Filadelfia natal acompañado de un tema (Gonna fly now) ue todos hemos tatareado alguna que otra vez, con una base funky muy de la época de la peli. Un temazo, vamos.



¿Quién tú ere?


No podía durar tanto la buena racha, y con Reflejos llegó el bajón al Partido de los Martes. Otro remake de terror asiático, en este caso acerca de un policía retirado que se mete a vigilante en lo que queda de un centro comercial (destruido por un incendio) y que empieza a ver cosas raras en los espejos. El guión es un sinsentido lleno de sustos fáciles, con el pobre del Kiefer Sutherland (que bajo ha caído Jack Bauer) poniendo caras ridículas ante su propio reflejo mientras su hermana (la buenorra de Amy Smart), su pibón de mujer y sus niños sufren a los demonios cabrones de los espejos.

De nuevo 'despropósito' es la palabra que mejor define una película que, a medida que avanza, sólo provoca preguntas en la mente del aturdido espectador: ¿Y porqué al otro vigilante no le pasa nada? ¿Porqué las monjas no tienen espejos en el convento? ¿Y porqué he venido yo a ver esto, si todavía está Scarlett Johansson en cartel?


EL MOMENTAZO: La muerte de la hermana del protagonista, por absurda e innecesaria, bien podría ser considerada el momentazo de este coñazo de peli. Resulta que la piba va a darse un bañito (con su escenita de desnudez obligada incluída) y mientras ella se mete en el agua, a su 'lado malo' del otro lado del espejo le da por matarse DESENCAJÁNDOSE LA MANDIBULA. ¿Puede haber una muerte más absurda? De hecho, ¿en serio la gente se muere por eso? ¿Quería parecerse al Joker? ¿Qué clase de disparate es este? Con lo fácil que hubiera sido meterse con la tostadora en la bañera...

Tocando techo en la selva

Una final de Champions en pleno mes de septiembre. Eso es lo que nos encontramos con Tropic Thunder, una peli que lo peor que tiene es el absurdo subtítulo ese de 'Una guerra muy perra' que le han puesto aquí. Esperando equivocarnos, podemos habernos topado con, probablemente, el mejor Partido de los Martes de la temporada...

Desde que aparecen los trailers ficticios para presentar a los personajes, se sabe que la cosa va a ir de reir sin parar hasta el final. La cosa va de un grupo de actores (cada uno cumpliendo un particular cliché) que se embarca en hacer la mayor película de guerra de la historia, hasta que se ven metidos en una guerra de verdad.


Los personajes, geniales. Ben Stiller se sale haciendo de héroe de acción (y de Jack el simple), el Jack Black la lía como enganchado y sobre todo Robert Downey Jr. la monta parda como Dirk Lazarus, el superactor que se cambia el color de la piel para hacer de negro y que deja las mejores frases de la peli, perlas como "eso es como cuando un niño pequeño se agarra la polla cuando está asustado" o "entonces, Alpa (dirigido al rapero que les acompaña, que acababa de revelar su amor hacia un tipo llamado Lance o algo así) cuando escribías esas canciones sobre chochitos, estabas pensando en comerte la polla de ese Lance, ¿no?".

EL MOMENTAZO: El bailoteo que se pega un genial Tom Cruise, caracterizado como un productor de cine gordo, calvo, peludo y sudoroso queda eclipsado por Jack Black quien, en un desesperado intento por ser desatado de un árbol le ofrece un favor sexual (que le coma la polla, vamos) a uno de sus compañeros de reparto. (Sí, de nuevo dos momentazos, ¿y qué?)

FBA y DMR quieren pedir perdón a sus lectores por haber escrito dos veces (con esta tres) la palabra POLLA en esta crítica...